lunes, 27 de octubre de 2008

Una sonrisa a tiempo desdramatiza la vida, nos hacemos grandes y perdemos la capacidad de reír, reímos menos y eso nos aleja de los demás, pero si alguien nos sonríe y le devolvemos la sonrisa, esa risa ya nos acerca a algo mal. Los chicos, por ejemplo, se ríen 300 veces al día, en cambio los adultos, como mucho, se ríen 15 veces al día.
El tema es reírse con los otros, no de los otros, la risa burlona saca lo peor de todos. Está comprobado que las personas que se han reído juntas, se sienten mucho más cerca. No necesitamos de algo gracioso para reírnos, la risa franca es contagiosa, no hay que olvidarse de reír, hay que recordar esa risa franca natural como la de los niños. Es risa, nos puede salvar…

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